Por esas cosas del destino (aunque muchos son escépticos al respecto), mis padres nacidos en Italia, después de la Segunda Guerra Mundial que arrasó con todo y con la esperanza de los seres humanos, en busca del tesoro perdido o paraíso terrenal en Suramérica (utopía que les tocó idealizar por necesidad), sin pensarlo dos veces, cual aves errantes posaron sus piquitos en los mangles de Cartagena (Colombia) y ahí nací yo, no precisamente en los manglares, pero sí en el espíritu del agua, rodeada de mar, ciénega, bahía.
FICHA DE LA CLÍNICA MADRE BERNARDA
Sexo: Femenino.
Estatura: 52 centímetros de largo.
Peso: 3½ kilogramo.
Estado clínico: envejecimiento.
Cabello: blanco.
Temperamento: pinta fuerte
Personalidad: aguerrida, echá pa´ lante
Coeficiente intelectual:
Aclaro, envejecida y no propiamente por anciana sino debido a la inercia de la matriz de mi madre.
Permanecí plácida en su bóveda, flotando en el líquido amniótico, sintiendo el susurro del agua que me bamboleaba mágicamente, hasta que de repente casi a los diez meses, un grito lastimero me mostró el mundo exterior y mis pulmones se pusieron fuertes y el camino me esperaba para sentir mis pasos y grabar mis huellas.
A los pocos días de nacida empecé a mutar la piel y en ese proceso mi cuero se iba poniendo rosado y el cabello canoso más amarillo que el color de la pita.
¿A quién le importa eso? esos son gajes del nacimiento. Pero si no hubiera nacido no estaría escribiendo esta carreta.
Costeñaitalianizada, me gozo día a día esa chorrera de modismos, decires, palabras, dichos y bichos que se proliferan en mi terruño y como sigo viva y con dos nacionalidades, pero enraizada en Cartagena, aquí les cuento.
Se dice, eso dicen, que la gente de la costa es cachetera. Yo he vivido en otras ciudades y he visitado muchos países y les puedo asegurar que este espécimen (el cachetero) se encuentra como las bacterias, donde una menos se imagina.
Juan de los Palotes, Ingeniero de dedo parado, tenía esa manía. Sus amigos decidieron jugarle una broma pesada porque estaban jartos de él.
El 20 de Marzo de 2.010, departiendo en una discoteca unas botellitas y picadas, todos reían y gozaban, siendo las tres de la mañana, al momento pagar la cuenta y arrancar de ese lugar, Juan de los Palotes “por supuesto” que se hizo el desentendido, entonces, sus amigos le armaron una bronca. La carrandanga de gente que estaba en el lugar agueitaban silenciosos, en medio del embrollo a Juan de los Palotes le da un patatús, cae al suelo y se da un tanganazo, tan duro que queda medio muerto.
Como el que mucho abarca poco aprieta y a todo puerco le llega su San Martín a este cristiano Juan, más llevao que el putas, le ripiaron los bolsillos para ver cuanto dinero le encontraban y sólo pichurrias de monedas salieron volando.
Ante la agitación a las cuatro de la mañana Juan se despertó sollado sin entender lo que estaba pasando, asustado con amnesia temporal por el golpe en la cabeza agarró un ñoco que encontró en la mesa para defenderse por si las moscas, en un descuido aprovechando la confusión salió pitao y con sus canillas temblorosas desapareció en un santiamén.
Significado de los términos para las personas que no son cartageneras o costeñas.
Agueitar (castizo aguaitar; atisbar)
Bandearse (arreglárselas)
Barullo ( berroche)
Cachetera (que come o bebe a costa de otro)
Canillas (piernas flacas)
Carrandanga (mucha cantidad)
Patatús (ataque súbito físico o mental de origen desconocido)
Llevao (arruinado; deteriorado por la salud)
Pichurria (muy poquito)
Pitao (velozmente)
Sollado (mal de la cabeza)
Tanganazo (golpe muy fuerte)
Ripiar (romper, rasgar tela o papel)