jueves, 8 de julio de 2010


ENVEJECER NO ES DETERIORARSE

¿“Che viejo, estás viejo”?


¡Ni de riesgos!

Motivada por anécdotas y vivencias, principalmente por el recuerdo de mi padre, quien tuvo la oportunidad de llegar a los 80 años y un libro que adquirió que se titula igual que este artículo y recomiendo a todos sin excepción (del escritor Gonzalo Canal Ramírez), extraeré algunos apartes porque deseo compartir inquietudes que de alguna manera podrán ayudarnos a ser más conscientes y consecuentes sobre una realidad inevitable -la vejez-, mirada de una manera absurda y denigrante.

Aún me pregunto por qué hace años un estudiante de 7 años se me acercó y me preguntó: “profe, ¿tú eres vieja?” Seguramente para él, los 43 años que yo llevaba encima ya le parecían excesivos; a la vez evoco a una alumna de 14 años que no hace mucho me dijo:”mi mamá no me comprende porque ya está vieja ´cucha´, tiene 45 años. Me quedé como Condorito ¡ploff!

¿Es que los actos han demostrado que los viejos huelen feo? ¿A viejo? Son un estorbo e incluso muchos hijos están ansiosos de su deceso para heredar lo poco o mucho que esos seres, a través del esfuerzo de cargados años, han construido para asegurar “su vejez”, sin sospechar siquiera que sus hijos están deseosos de que llegue pronto la fecha para meterlos a un asilo o esconderlos en una habitación, ya que lo que no sirve, que no estorbe. Dura realidad del diario vivir (que desagradecidos somos).

Hay dos curiosas excepciones de la palabra “viejo”, en el uso del español en algunos países de Latinoamérica. La una es de cariño y de respeto; el hijo se refiere al padre llamándole afectivamente “el viejo”, no importa su edad. El amigo trata cariñosamente al amigo (así sea joven), con igual deferencia de “viejo”, “hola viejo”.

La otra es despectiva, agresiva, peyorativa. Se insulta a una persona, con la intención de disminuirla llamándola “viejo”, con el mismo propósito que en las colecciones se distinguen “antigüedades” de “vejeces”. Es el pleno sentido de la “vetustez”, en el habitual rechazo social. Es la expresión de un criterio bastante usado en nuestra sociedad para definir a las personas de edad.

En realidad hoy su presencia en la sociedad es importante. El viejo ya no es patriarca, profeta, ni mago, como otrora, cuando envejecer era símbolo de predestinación, calidad y fortaleza, pues sólo los muy fuertes sobrevivían a los 50 años. El viejo, por doquier ahora, ya no es ese personaje.

Hoy es un hombre, con los derechos y deberes del hombre.

1. La pareja humana en la vejez tiene todos sus derechos, deberes normales y su convivencia amorosa cobra valores significativos. 2. El viejo es partícipe y agente de la sociedad en que vive y tiene derecho a no ser relegado como mero espectador. 3. Los intereses de la vejez son los mismos intereses de la vida a cualquier edad, y deben conservarse actuantes como vínculos con la vida. 4. El viejo no es un ser aparte, fuera de la humanidad, “otro” sino un hombre como los demás. 5. No bastan más años para la vida. Es necesaria más vida para los años.

Hermosos como los niños, necios, ingenuos, mañosos, manipuladores y espectaculares, así sin más calificativos esos son “los viejos”, a quienes debemos valorar y tratar como reliquias y no por sus años, sino por la fragilidad de su belleza, después de las tempestades se solidifica su esencia y paradójicamente su sensibilidad se derrite como un bom bom relleno de caramelo.

“No se es viejo por haber vivido un cierto número de años; se es viejo por abandonar su ideal”(Mac. Arthur).

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¿ALIENADA YO?

“En este mundo de vivos…
los bobos parecen idos…
los idos son transgredidos.
En todo lo demás:
seguimos jodidos"


Les confieso que me siento aturdida, no sé si vivo en lo real, en lo imaginario o me hago la desentendida para disipar los pájaros que se anidan en mi mente y se estrellan contra los muros visibles e invisibles que obstaculizan mi libre andar y el de la mayoría de los colombianos, porque a pesar de que el 85% nos encontramos en desacuerdo con las políticas aplicadas, muchos gozan de los privilegios de manejarnos a su antojo convirtiéndonos en zombies siguiendo un camino obligado ya que ni las quejas, ni los reclamos, ni las dudas, ni el uso y abuso hacen eco a nada ni nadie. Jesús nos dice que cada día trae su propio afán, otros dicen que no debemos borrar el pasado porque nos quedaríamos sin historia, Jaime Bayly manifiesta que del pasado ni se acuerda y la mayoría de las personas queman el año viejo con placer y alegría. La canción pegajosa nos recita: …“yo no olvido el año viejo porque me ha dejado cosas muy buenas: me dejó una chiva, una burra negra, una yegua blanca y una buena suegra”. Pues bien, no sé entonces si es alienación, alucinación o amnesia, ya no recuerdo por quién voté para presidente de Colombia, gobernador de Bolívar o alcalde de Cartagena, tampoco recuerdo cuántos niños y mujeres han sido abusados ni maltratados, cuantas personas carecen de estudios, educación, alimento, vestido, techo, salud, amor. Me siento desamparada caminando por las calles, sin rumbo fijo, hablando sola, recogiendo el eco de todos los ciudadanos, bebiéndome sus lágrimas, su dolor y asco porque este año que entrará en catalepsia el día jueves, despertará el día primero arremetiendo con toda su furia sin contemplación de ninguna especie.

¡Oh sopresa!: Menos diligencias efectivas que minimicen el estado deplorable del país, la corrupción aumentará con un porcentaje mayor al de la inflación, la mendicidad tocando puertas, la idiosincrasia por falta de cultura ciudadana haciendo de las suyas y algunos megaproyectos innecesarios silenciarán nuevamente la voz del pueblo y más aún de todos aquellos que ni siquiera tienen un baño donde hacer sus necesidades, un piso donde apoyar una butaca, ni una almohada donde hacer descansar sus penurias.

Lo primero es lo primero, las necesidades básicas que ayudarían al progreso y no al progreso de pandillas, ladrones, matones. Cuando divago aparece en mi mente una película secular que se titula: “El ejemplo es el que enseña”. ¿Será por eso que los que vienen detrás en aspiraciones políticas, actúan de la misma manera? Y peor aún ¿con más artificios? Perdón quise decir con más fuegos artificiales. Qué si se ha hecho por Cartagena, qué si no, qué es que no se ve, aparte de todo necesito gafas fondo de botella, porque me desplazo en el paraíso de la contaminación: basural, visual, auditiva, rosquera o rosconera y, vuelve la puerca a torcer el rabo y el Mercado de Bazurto expeliendo todas sus esencias. Me siento tan feliz del progreso de este año 2009 que…, perdón, tuve un lapsus mental, ya no sé ni qué es lo que digo, sin embargo amigos lectores, no nos desanimemos y a todos sin excepción les deseo una carita feliz de corazón y no de dientes para afuera.



Nota: Las alucinaciones pueden ocurrir en cualquier modalidad sensorial - visual, auditiva, olfativa, gustativa, táctil o varias mezcladas.