martes, 28 de septiembre de 2010

MIS LETANÍAS


SE BUSCA...


¿Te le mides?


OBSERVACIÓN: Esta petición es muy delicada.

Se busca urgentemente para liderar a un pueblo un hombre o una mujer que maximice su conciencia en bien de la ciudadanía y minimice la pobreza, el analfabetismo, el abuso de menores, la pornografía infantil, la escasez de centros hospitalarios, la erradicación del mototaxismo, vendedores ambulantes, cráteres de las calles, mendicidad, suciedad, injusticia social, basuras, inseguridad, indiferencia.

Un hombre o una mujer que tenga algo de la Madre Teresa de Calcuta (que renuncie a los votos de enriquecimiento ilícito con el mitimiteo y se comprometa sin miramientos a sacar a flote a la ciudad; ese alguien debe tener un poco de Gandhi, luchar por sus ideales con firmeza como un buen líder “digno de imitar y aclamar”; alguien que cuando se siente en el trono, cargue consigo toda la sabiduría del rey Salomón, tenga el puño efectivo como Mano de piedra Durán, para mandar a la lona a todos esos contratos, acuerdos, actos que, desfavorezcan o vayan en detrimento de los intereses de todo un pueblo. Qué no pase por encima de la ciudadanía a pesar de las diarias quejas (en los medios de comunicación), que tenga claro que la época de la inquisición pasó a la historia hace rato, aunque las torturas a las que nos vemos sometidos son peores que las de aquellas épocas.

Ese alguien con todos sus camaradas (curules), deben tener una hoja de vida impecable, libre de vicios del consentimiento, libre de ataduras (favores por devolver), que sus votos se los gane a pulso en las batallas de la vida, de la verdad, de la realidad palpable, esta que nos está doliendo a todos y cada uno de los habitantes de esta bella tierra a punto de convertirse en pocilga.

No es requisito indispensable que ese hombre o mujer tenga elocuencia y verborrea para convencer a un pueblo oprimido que de tanto esperar la luz, que brille para todos, se agarra de cualquier asidero obnubilado de fanfarronería (y vuelve y juega), puede ser hasta mudo, pero eso sí, que sus actos, obras, habilidades, sean concretas, determinantes, efectivas para el desarrollo y que todos quedemos conformes con el progreso y de esa manera sentirnos satisfechos de haber pagado esa suma descomunal del impuesto predial.
Hago un llamado, no sólo a los jóvenes, quienes deberán tener un compromiso muy importante: hacerse escuchar de una manera masiva, apartados de tanta politiquería y corrupción por la que a través de tantos años hemos soportado con desfachatez, el uso y el abuso de muchos dirigentes que se pasean por la vida sin importarles si las cosas se dan o no se dan y después campantes en sus camperos, se desplazan por el mismo suelo con la cabeza erguida y el cuello estirado, sin mirar atrás, aunque hayan dejado la ciudad lavada con orines y el hollín tragándosela.

Estoy convencida de que candidatos que llenen estos requisitos, acompañados de ganas, verraquera, honestidad, transparencia y sentido común, los hay en buena cantidad, es por ello que los invito a que, sin miedo se postulen para derrumbar de una vez por todas esos íconos de barro que con sus mañas nos han convertido en unos títeres del sistema imperante.

La sabiduría grita por las calles, levanta su voz en las plazas. Presenta su llamado en las encrucijadas, pronuncia su mensaje en las puertas de la ciudad: ¿Por cuánto tiempo más, gente insignificante, preferirán sus estupideces? ¿Hasta cuándo los burlones se entretendrán con sus mofas y la gente estúpida se negará a saber? (Prov: Cap 1, V 20-22).


MIS LETANÍAS
Con mi camándula en la mano, acariciando una a una sus chaquiras, en cada decena de Ave Marías y en cada misterio, ya sea glorioso, gozoso o doloroso, elevo mis ojos abiertos, orando con persistencia, rogando a la Virgen y a su hijo, para que esta procesión en la que se han convertido los problemas latentes de mi país nos lleve de alguna manera, si no a la felicidad, a lograr un vivir más digno en esos programas de gobierno, que todos prometen y, al momento de la verdad, la corrupción los dilata.

Atractivos postulados, codiciados por un pueblo que ya no sabe ni dónde meter mano para encontrar un respiro y un mejor vivir.

Me preocupa el hecho, de que si en verdad se está convencido de los argumentos que se pregonan y por los que abogan, no entiendo el por qué ante una situación tan seria y comprometida, como lo es el lanzarse a una candidatura (de cualquier índole), en pos de velar y resguardar los intereses comunes, apartando el interés individual, de un día para otro, se cambien las ideas, como cambiarse de calcetines y estrenar zapatos de una manera folclórica. Muchos de los candidatos en el mundo político, con su elocuencia, llegan cargados con contenedores de 40 pies, trayendo soluciones, luego, en un abrir y cerrar de boca, cuando están montados en el potro, cambian de manera mágica.

¡Quién los entiende!

¿A quién creerle?

¿En dónde quedan sus propuestas y ese ánimo de precursores que los indujo a esos fines?

¿Acaso la necesidad de nuestro país, no es la que todos conocemos, sin importar el color o el nombre del partido?

Si fuesen consecuentes con sus palabras y planes a ejecutar, entonces, palabras más, palabras menos, todos tendrían que desarrollar las mismas estrategias, porque el problema no es de partidos; Colombia es una sola, hay que sacarla adelante, con un compromiso serio, llámense como se quieran llamar los partidos, porque los problemas están a la vista y cualquiera que se postule, debe estar convencido de que la lucha es para Colombia y, para todos los que la habitan.

Concluido el manoseo de mi rosario, doy inicio a las letanías, de esas promesas a ejecutar:

1-Por la construcción de un modelo económico que garantice la justicia social: ¡Señor, ten piedad y que sea verdad!

2–Por las garantías políticas, económicas sociales y culturales: ¡Señor, ten piedad y que sea verdad!

3– Por un estado social de derecho: ¡Elegido, ten piedad!

4-Por el merecimiento de un mejor vivir (casita, salud, educación, etc.): ¡Elegido, ten piedad y que sea verdad!

5–Por canalizar mejor los recursos: ¡Elegido, ten piedad y que sea verdad!

6–Por la cultura de honestidad: ¡Hombres y elegidos, tengan misericordia!

7–Para que acabe la corrupción: ¡Señor, Señor, ten piedad, te lo pido, por favor!

8–Por erradicar la pobreza: ¡Ambicioso, ten piedad, por caridad!

9–Por una ética transparente en el desarrollo de las funciones: ¡Aristóteles, recuérdales de la ética y Señor, ten piedad!

10–Por el NO a la política del conflicto social armado: ¡Líbranos, Señor, de todo mal y ten piedad!

11–Por la recuperación del campo: ¡Bendito Señor, fuente de vida, ten piedad!

12-Para que acabe la violación de los derechos humanos: ¡Cristo ten misericordia!

13.-Por ver sonreír a más niños: ¡Bendito Dios, hágase tu voluntad!

Y de todas las demás letanías que carecen de compromiso real: líbranos Señor, para que seamos dignos de alcanzar los cargos a ocupar y las promesas de Nuestro Señor Jesucristo. ¡Amén!.