domingo, 25 de abril de 2010


PÓCIMA PARA EL ESTRÉS
Suena el citófono, escucho la voz del portero cachaco, -Su merced, que aquí en la portería la están solicitando, Sebelinda Parada de Reojo.



¿Quién?- Exclamé aturdida. Sí su merced, así como lo oye, es la señora Sebelinda Parada de Reojo.


Desde el segundo piso donde vivía (Bogotá) me asomé a la ventana para ver quien era el personaje que deseaba verme, al descubrir que se trataba de mi amiga “Ju”, comencé a reírme sin parar. -Hágala seguir-, le contesté.


Mi amiga y yo, nos reímos como dos enanas en plena función.


De todo como en botica. En un país como el nuestro, existen personas para todo, los bromistas, chismosos, jaracandosos, intelectuales, gesticulares, malévolos, matones, avinagrados, con cara de puño, dulces, amargados, peculiares y especiales. Si usted está entre alguno de éstos, lo más prudente e indicado es que siga con atención lo que se nos viene encima.


Este nombre “Sebelinda Parada de Reojo”, que aún identifica a “Ju” sin importar la ciudad donde se encuentre, empezó a formar parte de un delicioso juego el cual denominé “Pócima para el estrés”, es muy simple y todos podemos participar de él, una vez practicado surge efecto.


Es que a todo debemos sacarle “chispa” y así debe ser, con el debido respeto por el otro, en un país libre, la diversión de los imaginarios o como la queramos llamar es parte de nuestra idiosincrasia, libre albedrío y cultura. Culturalmente somos una miscelánea de sorpresas, para muestra un botón:


Érase una vez,


Zoila Vacca del Toro, Francisco Iriarte (Pachorriarte), Andrés Obando Rico, Tomás Turbado, Maria Melo Machuca, Maité Lometo, Paca Gártela, Robert Galarga, Paco Jerte, Perfecto Ladrón Honrado, Emma Madera de Gallo, Medásculo Moreno, Rosa Melgorro, Zacarías Agua del Río, Armando Guerra, Lesbia Ana, Rosamel Fierro, Agapito Cabeza de Vaca, Charo Lazo, Rosa Meltrozo, Zoila Rosadillo de Loyo, YouMe Frunso, se reunieron para discutir sus nombres y apellidos y por esas coincidencias a ellos les resultó muy gracioso, pero como el burro le dice al puerco orejón estando en peor condición, ellos decidieron debatir sobre los nombres que escogieron y aun siguen escogiendo los padres en el siglo XX y XXI. Su inquietud radicaba en la ocurrencia de descomponer nombres para hacer uno sólo. Se preguntaban, ¿dónde quedaron aquellos nombres sonoros como María de los Ángeles, Rosa Elena, Laura Margarita, Paola Andrea, Verónica, Susana, Victoria Eugenia, Patricia, Ricardo, Lucas, Isaac, Juan Pablo, Roberto Luis, Andrés Emilio, Pedro José, etc.? Ninguno supo dar una respuesta convincente.


-Ya sé- dijo uno, escuché por ejemplo que el nombre JESMAR, viene de Jesús y María.


Para que fue eso, a partir de ahí se desató un gran listado de nombres existentes (no es mentira, pueden comprobarlo), que hoy por hoy si van a tener hijos se los recomiendan:


Angelchi, Cerlay, Jaifer, Maorly, Mayilex, Wisdriana, Yoelimar, Yuglimar, Diubigildo, Ejar, Geníbero, Geofista, Inur, Laididi, Leidy, Primitivo, Sedna, Anturia, Adalserta, Beremundo, Crescencia, Convertida, Delgino, Enarino, Florines, Gorgonio, Guadalberto, Hatzibe, Indalina, Insilita, Jovita, Longombardina, Machina, Nicéforo, Orosia, Prisca, Sabiniano, Sandalio, Tarsilia, Tertuliana, Trígida, el listado fue tal que considero que estos son suficientes y si lo desean más sofisticado no lo piensen más y aquí te van tres nombres de replay: Orlaines, Usarmy y Usanavy.


Así es la vida y como les decía debemos hacer chiste de lo chistoso y les aseguro que jamás olvidaremos que en algunas notarias Suramericanas, están inscritos nombres como, Adicto de los Santos, Ernesto Che Pérez, Winston Churchill de la Cruz, John F. Kennedy Santana, Rambo Mota, Kalimán Sosa, Bruce Lee Antonio Félix, Nat King Cole Martínez, Elton John Herrera, Querido Familia Pérez, Deseado de Oleo, Teamo Amador, Querida Piña, Mazda Altagracia Ramírez, Datsun del Carmen Ureña, Nisan de la Cruz, Toshiba Fidelina Gómez, Daweoo Radhamés García, Cuca Féliz Segura, Popolón Rosario, Chocha Colón, Totón Melitón Pérez, Guebín Rondón.


¿Y el tuyo aplica en alguno de los anteriores?

miércoles, 21 de abril de 2010

BANDÉATE CON ESTE BARULLO



Por esas cosas del destino (aunque muchos son escépticos al respecto), mis padres nacidos en Italia, después de la Segunda Guerra Mundial que arrasó con todo y  con la esperanza de los seres humanos, en busca del tesoro perdido o paraíso terrenal en Suramérica (utopía que les tocó idealizar por necesidad), sin pensarlo dos veces, cual aves errantes posaron sus piquitos en los mangles de Cartagena (Colombia) y ahí nací yo, no precisamente en los manglares, pero sí en el espíritu del agua, rodeada de mar, ciénega, bahía.

FICHA DE LA CLÍNICA MADRE BERNARDA

Sexo: Femenino.
Estatura: 52 centímetros de largo.
Peso: 3½ kilogramo.
Estado clínico: envejecimiento.
Cabello: blanco.
Temperamento: pinta fuerte
Personalidad: aguerrida, echá pa´ lante
Coeficiente intelectual:  

 Materia gris: Proveniente del Oráculo de Delfos.


Aclaro, envejecida y no propiamente por anciana sino debido a la inercia de la matriz de mi madre.
Permanecí plácida en su bóveda,  flotando en el líquido amniótico, sintiendo el susurro del agua que me bamboleaba mágicamente, hasta que de repente casi a los diez meses, un grito lastimero me mostró el mundo exterior y mis pulmones se pusieron fuertes y el camino me esperaba para sentir mis pasos y grabar mis huellas.
A los pocos días de nacida empecé a mutar la piel y en ese proceso mi cuero se iba poniendo rosado y el cabello canoso más amarillo que el color de la pita.
¿A quién le importa eso? esos son gajes del nacimiento. Pero si no hubiera nacido no estaría escribiendo esta carreta.

Costeñaitalianizada, me gozo día a día esa chorrera de modismos, decires, palabras, dichos y bichos que se proliferan en mi terruño y como sigo viva y con dos nacionalidades, pero enraizada en Cartagena, aquí les cuento.

Se dice, eso dicen, que la gente de la costa es cachetera. Yo he vivido en otras ciudades y he visitado muchos países y les puedo asegurar que este espécimen (el cachetero) se encuentra como las bacterias, donde una menos se imagina.

Juan de los Palotes, Ingeniero de dedo parado, tenía esa manía. Sus amigos decidieron jugarle una broma pesada porque estaban jartos de él.
El 20 de Marzo de 2.010, departiendo en una discoteca unas botellitas y picadas, todos reían y gozaban, siendo las tres de la mañana, al momento pagar la cuenta y arrancar de ese lugar, Juan de los Palotes “por supuesto” que se hizo el desentendido, entonces, sus amigos le armaron una bronca. La carrandanga de gente que estaba en el lugar agueitaban silenciosos, en medio del embrollo a Juan de los Palotes le da un patatús, cae al suelo y se da un tanganazo, tan duro que queda medio muerto.
Como el que mucho abarca poco aprieta y a todo puerco le llega su San Martín a este cristiano Juan, más llevao que el putas, le ripiaron los bolsillos para ver cuanto dinero le encontraban y sólo pichurrias de monedas salieron volando.
Ante la agitación a las cuatro de la mañana Juan se despertó sollado sin entender lo que estaba pasando, asustado con amnesia temporal por el golpe en la cabeza agarró un ñoco que encontró en la mesa para defenderse por si las moscas, en un  descuido aprovechando la confusión salió pitao y con sus canillas temblorosas desapareció en un santiamén.


Significado de los términos para las personas que no son cartageneras o costeñas.

Agueitar (castizo aguaitar; atisbar)
Bandearse (arreglárselas)
Barullo ( berroche)
Cachetera  (que come o bebe a costa de otro)
Canillas (piernas flacas)
Carrandanga (mucha cantidad)
Patatús (ataque súbito físico o mental de origen desconocido)
Llevao (arruinado; deteriorado por la salud)
Pichurria (muy poquito)
Pitao (velozmente)
Sollado (mal de la cabeza)
Tanganazo (golpe muy fuerte)
Ripiar (romper, rasgar tela o papel)




domingo, 18 de abril de 2010

Esa “vaina” del afecto


Dentro de las curiosidades que me acechan me encuentro haciendo un particular análisis de la manera como ha ido evolucionando mi nombre.
¡Si!, mi nombre el cual fue escogido por mi padre Tarquinio, por aquello de que alguno de los hijos dependiendo del sexo debe repetir el de los progenitores. A mi hermano mayor y a mí nos tocó el número ganador en los dados, él el primogénito (Tarquinio Segundo) y yo la cuarta de cinco hermanos (Lidia Assunta), con la incisiva diferencia de que mi segundo nombre “Assunta” fue tomado por el día del nacimiento.
Nací el quince de agosto, coincidencialmente es el día de la Virgen de la Asunción y, por aquello de la herencia ancestral, el primero fue terrenal y el segundo místico. ¡Mera coincidencia!
Innegable en el registro de nacimiento, la cédula, documentos y diplomas. A la vista de muchos con sorna y admiración exclaman ¿cómo? ¿Asunto? ¿Asusta? ¿Asunta? Ante el inevitable espasmo no sé si reír, llorar, guardar sumisión o ir a la Notaría, pero como comprenderán, el papeleo, la tramitología, lo engorroso de las filas y el bochornoso calor de mi ciudad me hacen desistir de las ganas de erradicarlo.
Pasado el tiempo y pensándolo mejor mí primer nombre que data desde la antigüedad ha tenido una evolución increíble: comencé llamándome Lidia, pero mi padre por eso del amor y afecto en su idioma italiano decidió consentirme y llamarme “Lidiuzza”, todos los del barrio de aquella época todavía a sus ochenta y noventa años me siguen llamando así.
Transcurrido un tiempo, nos mudamos de barrio, tenía catorce años de edad, en la cuadra donde aún vivimos mi grupo de amigos decidió llamarme “Lidiú”, a los dieciséis años cumplidos, llega a mi vida otro grupo de amigos que con dulzura me bautizan “Liz”, aparece otro grupo a quienes les pareció que “Lidiuzka” era artístico. Conocí a “Ju”, una amiga especial, la cual me nombra “Li”, mis hermanos y familiares me dicen “Lidiu”, nótese sin tilde en la ú. Por extrañas circunstancias y utilizando un código secreto que nadie ha podido descifrar mi hermana Paola y yo, nos llamamos mutuamente “Worda, Wordita”. Mi hija que sabe la puyita que me produce el segundo nombre se le ocurrió un día decirme bellamente “Assu”, al principio me enervaba, se prestaba a discusión, mejillas coloradas, emanación de humo por las fosas nasales. Ya ¡ni cosquillas me hace!
Así me sentenciaron ¿o no?
Hasta ahí pensé que la evolución de mi decantado nombre paraba. Sin embargo, hace cuatro años ingresé como docente a un colegio bilingüe y para mi sorpresa los estudiantes empezaron a llamarme “Miss Lidi”. Angie, una pupila me decía “Liri, Liri”, pronunciando Lidi, Lidi al mejor estilo ingléslatinizado.
Vaticiné que en esta lúdica alfabética el viaje de mi nombre, danzante, musical y poético llegaba a su culminación, ¿cuál fue mi sorpresa? hace unos días se me acerca Daniel, un estudiante de grado doce a quien admiro por sus neuronas explosivas y brillantes, al pasar por mi lado me dice cariñosamente: -Ajá “Miss L”-. Sentí tristeza no lo puedo negar, pensé en el por qué precisamente él, ese estudiante tan observador y analítico confundió mi nombre con el de otra persona: “Miss Ele”. Me dije ¿quién será Elena?, pero no, era “Miss L”, la mismita Lidia.
La tapa de la caja o del piano de cola para cerrar el pentagrama de L I D I A, me fue entregada hace dos días en la ruta escolar, un mocoso de seis años llamado Arthur, de papá alemán y mamá colombiana, no sé si por embrollo auditivo, lengua extranjera o dislexia terminó llamándome “MISSILDIA”.
Después de toda esa revolución llega un pequeñuelo y completa mi nombre, ¡eso sí, a su manera!
¿No les parece genial?

sábado, 17 de abril de 2010

A VECES LLEGAN CARTAS... ¿EL CARTERO?

Querido amigo (a): Supongo que te sorprenderá recibir esta carta. Pareciera que la comodidad del teléfono, de los mensajes a los celulares, de los correos electrónicos, su velocidad invencible, hubieran terminado para siempre con la delicia de tener entre las manos un “sobre”, con hojas en su interior perfumadas, decoradas, escritas a mano en letra cursiva, en donde de alguna manera se plasma el sentimiento que fluye desde lo íntimo, sin inhibiciones, sin penas, sin frases entrecortadas y con la seguridad de conservarlas en un sitio especial para la posteridad. Esto de la postmodernidad ha permitido el cambio y el avance de tantas cosas que paradójicamente con su premura imparable ha minimizado los sentimientos, el romanticismo, la prosa, los versos, los detalles e inclusive “frases cursis”, como diríamos ahora; aspectos inigualables que aceleraban el noble músculo llamado corazón, desbordándolo de emoción.
¿Te das cuenta amigo (a)? El tiempo parece más corto, el día ya no es de 12 sino 9 horas, da esa impresión; no hay tiempo para muchas cosas o son demasiadas cosas las que dispersan el mismo...
Conservo la esperanza de que aún existan como yo “personas extrañas”, nostálgicas y alejadas de alguna manera de la realidad absorbente y desbordante que derrochamos minutos preciosos en la contemplación indolente de la luna, el vuelo de las aves, libélulas, cometas, la incansable labor de las hormigas, mariapalitos, el colorido de las flores y del suave deslizar de la espuma por la cresta de las olas. Sí, personas extrañas como yo, que siempre han de preferir la delicia de un papel que se expone y se entrega virgen a la pluma creadora que a la frialdad perfecta y demoledora de las máquinas.
Amigo (a), vas a disculparme, debo aclararte que esta carta tiene carácter privado, porque está escrita especialmente para ti, pero intencionalmente la hago pública para que todos aquellos que se identifiquen con su contenido, remuevan en sus gavetas y busquen esas cartas que aun conservan como tesoros preciados, se unten de remembranzas y evoquen aquellos momentos donde las palabras de esas hojas les dieron ánimos, calma, alegrías o tristezas. Sin importar su profundidad, era algo bello, mágico, entrañable.
¿Y qué me dices de los carteros de ahora? Sólo transportan en su bicicleta correspondencia cargada de cuentas de cobro, recibos de servicios públicos, extractos bancarios, emplazamientos, propagandas y basura en esta guerra del consumismo.
Hermoso era el oficio del “cartero”, hombre acechado y odiado por los canes, con su uniforme impecable, con cara de personaje mitológico, portador de malas o buenas nuevas, pedaleando diariamente kilómetros y kilómetros, bajo su apariencia de gruñón, resguardando de manera ética los secretos del remitente y el destinatario.
Amigo (a), creo que por hoy, ya te he escrito lo suficiente por lo que para concluir esta misiva, deseo aclararte: sí, todo es más rápido y quizás muy eficaz, no estoy en desacuerdo con la tecnología, aunque te confieso que a mi me atropella en muchos aspectos, pero lo más triste de todo es la DESHUMANIZACIÓN y la practicidad, en complicidad, han hecho que el fenómeno de la “frialdad” sea tan marcado, que los valores, los sentimientos se estén fosilizando cada vez más.
Con amor
Lidia.
PD: Espero que hoy por hoy, no te dejes devorar por este flagelo y que acaricies y disfrutes del contenido de esta carta y de las cosas bellas de la vida.

Lidia Corcione Crescini



Escritora , Abogada, Egresada de la Universidad de Cartagena, nació en la ciudad de Cartagena (Colombia), colaboradora convarias revistas a nivel internacional
Columnista en la página Editorial del periódico “El Universal”, de Cartagena de Indias
Invitada a lectura de sus poemas por el Museo de Arte Moderno de su Ciudad, librerías Ábaco y Bitácora de Cartagena, Feria Internacional del libro en la ciudad de Bogotá en Mayo de 2.006 por Apidama Editores, IV Encuentro de Escritoras Nacionales, por la Consejería Presidencial para la Equidad de la Mujer (Marzo 27-28 de 2.007), Off-Off Festival en Cartagena 2.007, 2.088, Fundación atrapasueños V Festival de poesía alternativa en la Guajira, Agosto 2.009.
Algunos de sus textos han sido publicados en Antologías “El libro y su autor” Cuentos (Selección de Betty Goldman y Enrique Epelbon) y Editorial Editando's la Antología "Ser Abuelo" y Haz rodar una poesía
Sus poemas en “La antología del nirvana”, Argentina. Antología de poesía contemporánea en español/italiano 2.009, del escritor y artista plástico Luigi Muccitelli., Antología Vuelo de Jazmines, 2009, Antología Polen de Luna 2009
Finalista en el concurso de Poesía microficción “Garzón Céspedes”, 2007, con su poema El Muro. Seleccionada con el poema A la espera en el IV Concurso Radial y del II Concurso Televisivo, 2007 de Cuento breve y Poesía de la Librería Mediática. Mención de Honor de pensamiento “Garzón Céspedes”, 2.009, Premios especiales de dicho “Garzón Céspedes”, 2009, Mención de Honor de poesía hiperbreve Concurso Internacional de microficción “Garzón Céspedes”, para niños y niñas, 2009.