lunes, 21 de junio de 2010

MEIMPORTAUNCULICARAJISMO”


Los dichos “A rey muerto, rey puesto” y “El muerto al hoyo y el vivo al bollo” son realidades que en su fondo parecen dolorosas, queriendo significar que nadie es indispensable en este mundo. Estudiando bien su trasfondo se puede entender que todos cumplimos nuestro ciclo y es algo inevitable en el nacer y morir. Quizás suene crudo, cruel deshumanizado, sin embargo es tan cierto como el ser, existir y morir, ya que la vida continúa y el tiempo es imparable. “Nacemos necesariamente para morir” (paradoja de J.P.Sartre).

No es a esa realidad a la que deseo referirme, es a otra más contundente, fría, insensata y demoledora.

El meimportauncarajismo, en el argot de los mayores, el meimportaunculismo, en el argot de los jóvenes, son términos, quizás nuevos y no reconocidos, por la Real Academia de la Lengua, al parecer, están enmarcados en un trabalenguas, pero deletrearlo con detenimiento significa el diario vivir de los seres humanos: meimportaunculicarajismo, el civismo, las buenas costumbres, el lenguaje, los valores, los estudios, la responsabilidad civil, el otro, el bien común. Primero yo, segundo yo y tercero yo, y vivamos felices, que el mundo se va a acabar, sin importar a cuantos puedo llevarme por delante. “El fin justifica los medios”, ¿ es propia la máxima de Maquiavelo para todos nosotros? Sí, y digo para todos nosotros, ya que el ejemplo sirve de pauta y nuestros gobernantes o los que asumen un rol de poderes, no es que sean ejemplarizantes. “La caridad empieza por casa” y nuestra casa Cartagena es un hervidero de contaminación en el manejo de su desarrollo.

El civismo (del latín civis, ciudadano y ciudad), se refiere a las pautas mínimas de comportamiento social, que nos permiten convivir en colectividad. Se basa en el respeto hacia el prójimo, el entorno natural y los objetos públicos; buena educación, urbanidad y cortesía. Se puede entender como la capacidad de saber vivir en sociedad respetando y teniendo consideración al resto de individuos, que componen la sociedad, siguiendo unas normas conductuales y de educación, que varían según la cultura del colectivo en cuestión. Aún no puedo entender por qué el Ministerio de Educación erradicó esa cátedra tan básica y elemental por llamarla de alguna manera. Ese término se ha borrado de cualquier contexto, y en vez de progreso, día a día retrocedemos, llegando hasta el punto de retomar la época de los cavernícolas.

Cuando hablamos de analfabetismo, pensamos en que esa persona no sabe leer ni escribir, y que la falta de educación lo lleva por su ignorancia, quizás a cometer unas barrabasadas…, me quedo pensando y con el debido respeto, el 80% de los seres humanos, somos analfabetas.

¿Qué se usa? La guerra del pito, basuras y escombros, gritos, infringir la ley, antivalores, el poco interés, las invasiones, la permisividad, la algarabía el retozo en los paseos peatonales, aceras, calles, taxis, mototaxis, vulgaridad, intolerancia, irrespeto, indiferencia, irascibilidad, concupiscencia. ¡Y lo demás, es lo de menos!

Sálvese quién pueda, hágalo como pueda, solucione como pueda, eso sí, jamás haga justicia por su propia mano, para eso están las leyes y nuestros representantes, que las hacen cumplir a cabalidad y en términos inmediatos.

Usted no se preocupe, ¡aquí no pasa nada!



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